El papel de la empresa social en la Europa 2014-2020
Si como asegura Manuel Escudero, director general de Deusto Business School, “el mejor modo de hacer Responsabilidad Social Empresarial es ligar estrechamente la actividad de la empresas a las necesidades de la sociedad» puede decirse que son las empresas de la economía social aquellas que en primer lugar merecen el marchamo de empresas socialmente responsables por haber surgido como respuesta a unas determinadas necesidades de la sociedad.
Un sector productivo, también denominado tercer sector, que en España engloba a más de 44.000 sociedades de todos los tamaños, desde grandes grupos a micropymes, cuyo peso específico en la economía es indiscutible pues superan los 145.000 millones de euros de facturación, una cifra que supone el 15 por ciento del Producto Interior Bruto nacional.
Cooperativas, sociedades laborales, sociedades agrarias de transformación, mutualidades, cofradías de pescadores, empresas de inserción, asociaciones del sector de la discapacidad, centros especiales de empleo... son las piezas del rico mosaico de la Economía Social Española, que hoy es regulada por un marco jurídico común, la Ley 5/2011 de Economía Social. Una heterogénea tipología de sociedades con rasgos distintivos propios pero con un común denominador, como es poner la primacía de la empresa a las personas y el cumplimiento de su fin social
EL desarrollo social y económico colectivos no son excluyentes
Podría decirse que la filosofía empresarial que fundamenta su actividad económica en el capital humano, en los valores éticos de la responsabilidad social corporativa, le confiere una mayor adaptación a los vaivenes del mercado. Así lo reflejan datos que recoge un informe de la Escuela de Negocios Esade (2012): las empresas de la economía social mostraron una mejor resistencia frente la crisis al destruir menos empleo que las empresas tradicionales..
Este propósito, el de construir un nuevo ecosistema para situar a las empresas sociales en el centro de la economía y de la innovación social, está siendo postulado además por destacados consultores y expertos. Entre los más notables, Michael Porter, profesor de la Harvard Business School (HBS) y autoridad mundial en temas de estrategia de empresa, desarrollo económico de naciones y regiones, y aplicación de la competitividad empresarial a la solución de problemas sociales. Michael Porter es categórico en sus postulados: “Las empresas que tengan como estrategia la creación de valor compartido son las que van a tener éxito en los próximos veinte años. El valor compartido es la oportunidad de crecimiento y de innovación más grande de la economía global, y el siguiente capítulo en la mentalidad de los gerentes”.
Expertos y analistas coinciden en proponer este nuevo paradigma empresarial como una afortunada solución.. Consideran que ni la responsabilidad clásica ni la filantropía basta para responder con efectividad a las necesidades sociales; que eficiencia de los negocios y progreso social no son opuestos; que es preciso redefinir el propósito de las empresas incorporando valores de responsabilidad social empresarial para la creación de valor añadido. Hacerlas sostenibles, o lo que es igual capaces de generar riqueza mediante la innovación social, la atención a la diversidad y a la inclusión. Porque su devenir económico, su éxito o acaso su supervivencia, está estrechamente vinculado al desarrollo de sus grupos de interés, de los elementos que componen su cadena de valor. En definitiva, el desarrollo y bienestar del ecosistema, de la sociedad donde operan.
Hoy el sector de la economía social europea acoge a dos millones de empresas que dan trabajo a más de 14,5 millones de personas. Un sector productivo de gran potencialidad y un pilar de futuro, como ya se reconoce en importantes documentos estratégicos aprobados por los gobiernos autonómicos, estatal y europeo. Desde las instituciones europeas viene promoviéndose desde 2011 el desarrollo de un nuevo modelo empresarial basado en los valores éticos de la RSE: el emprendimiento social y las empresas sociales.
De cara a definir y potenciar este nuevo escenario, la Comisión Europea ha decidido implantar una agenda de trabajo para los próximos años y plantear medidas para mejorar el entorno de las empresas sociales, medidas que fueron aprobadas en la Conferencia Europea de Estrasburgo celebrada en enero de este año.
Con este objetivo, el Comité Económico y Social Europeo (CESE) está desempeñando un papel fundamental en este proceso, debatiendo medidas y estableciendo prioridades para desarrollarlas a lo largo del nuevo periodo 2014-2020.