Es obvio que el transporte público es un derecho de todos los ciudadanos, por lo que la accesibilidad es una obligación para todas las administraciones que lo gestionan. De hecho, el transporte constituye un elemento fundamental para garantizar la movilidad, y se tienen que poner al servicio de la sociedad sistemas de transporte accesibles a cualquier persona, tenga o no problemas de movilidad, de comunicación sensorial, de percepción o de índole cognitiva o mental.
Sin embargo, ¿hemos alcanzado la accesibilidad universal en nuestros transportes? Estamos cada vez más cerca, pero aún queda camino por recorrer.
El Ayuntamiento de Bilbao, por ejemplo, es uno de los que se ha preocupado y ha apostado por construir su nueva estación de autobuses, la Intermodal de Garellano, lo más accesible posible. Y para ello, ha seguido una serie de pautas obligatorias a la hora de plantearse un proyecto de estas características. Y es aquí donde entra Puntodis, que, en colaboración con Ceis, ha elaborado un diagnóstico y un plan de asesoramiento en accesibilidad para este proyecto recién inaugurado.
“La accesibilidad requiere un diagnóstico, un estudio normativo y un estudio técnico. Pero, al final del todo lo importante es ponerlo en funcionamiento y que la gente lo pruebe; e ir mejorando día a día con cada nueva necesidad de accesibilidad”, señala Jon Ibarra, director de Puntodis.
Lo que nos lleva a plantear cuáles son los factores decisivos en los que hay que fijarse a la hora de empezar a trabajar en la accesibilidad universal de un complejo como el de Termibus en Bilbao. Se podrían articular en torno a cinco ejes principales.
– Las infraestructuras o instalaciones fijas
– El material móvil o los vehículos
– El vínculo entre ambos, de modo que se evite toda fricción o desajuste entre infraestructura y vehículos
– Los sistemas de información, señalización y orientación
– La prestación del servicio propiamente dicho
De esta forma, dentro de la infraestructura, debemos garantizar itinerarios accesibles entre los accesos, los elementos de comunicación interna, las vías y salidas de evacuación y los servicios que se ofrezcan en dicho entorno.
Asimismo, se debe diseñar de forma racional y ordenada los distintos espacios de la terminal, facilitando la orientación del viajero, y es muy importante también tener en cuenta la estancia de los usuarios en esos espacios, de modo que haya zonas con dotaciones específicas para personas con discapacidad o necesidades especiales.
Es fundamental tener en cuenta, además, todos los aspectos en los que se va a ver afectado cualquier usuario, desde los aparcamientos hasta los mostradores y ventanillas de información y venta de billetes. Accesos, rampas y escaleras mecánicas, pasos elevados y subterráneos, barandillas y pasamanos, aseos, mobiliario, máquinas expendedoras, papeleras, etc., son factores también determinantes en la experiencia de los usuarios en la terminal.
Y, por supuesto, es fundamental que todo este correctamente señalizado, con la información visual, auditiva y táctil necesaria para dar acceso a todas las personas y las necesidades de cada una de ellas.
En Puntodis hemos aportado nuestro granito de arena para llevar la accesibilidad a la estación Bilbao Intermodal y, que así, pueda dar servicio a todas las personas, independientemente de su condición. “Hemos puesto todo nuestro empeño para que fuera lo mejor posible, pero sabemos que con el uso irán surgiendo nuevas necesidades y habrá que ir mejorando; la accesibilidad es cambiante, es un proceso continuo”, apunta Ibarra.
Desde CEIS estamos orgullosos de formar parte del equipo coordinado por PUNTODIS que ha participado en este proyecto.